sábado, 31 de enero de 2009

Quien halló una receta

Triste rutina que es la vida,
engendrada en la contradicción,
que ni morir vale la pena

Son palabras gastadas,
de amores oxidados
y abrazos tan sentidos

,Como el cerrar de una puerta

Vastos caminos
para solo dos pies,
Y solo dudas...
Miradas expectantes sin expectativas
y ojos inyectados del vacío, que es la soledad


Al fin, la música de un último día,
suena mejor a mis oídos
pero ni la muerte eriza ya mis pelos
Y en aquél laberinto que parece acabar,
Ni la rosa, ni el jazmín
pude yo sentir

Un día comenzó,
cuando la desilusión, fuí yo
Y al mundo oscuro me eché a andar

Aquél mundo donde tiempo atrás,
en una gran olla,
se cocinó hasta el hartazgo la vida;
Allí solo esta receta pude hallar

"Guiso para pocos,
única opción en estos días,
en todos los días, en la vida..."

Se lee:
"Nuestras carnes,
duras de frialdad
y secas por amores evaporados,
cortadas a cuchillo"

"Se remojarán nuestros párpados pesados
en oliva y romero
como alivio de una hortaliza desdichada"

Pues ven, posados sobre nuestros ojos
y aburridos...
el cercano despertar!?
Pues aún aguardan por observar
lo que solo en sueños creemos tener

"También habrá una pizca de sueños podridos,
fermentando en desilusión;"

"Sal a gusto,"

"Y si tiene esperanzas, consejo:
Agregue dos cucharadas de azúcar
y haga oídos sordos
a lo siniestro de la vida"

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merci beaucoup á la mystique de la musique

merci